Los Caños de Carmona

La Mina y «Los Caños de Carmona» Una compleja red de canalizaciones

Durante siglos, Alcalá de Guadaíra abasteció de agua a Sevilla, a través de «los caños de Carmona» una compleja red de canalizaciones cuyo origen se localizaba en la «Fuente de Santa Lucía«, al sureste del núcleo urbano alcalareño. Hispalis en el imperio romano, Isbiliya en al-Andalus e incluso hasta hace poco Sevilla se beneficiaron de estas aguas que destacaban pos su calidad y pureza.

Desde el manantial, una serie de galerías subterráneas excavadas en el sustrato rocoso (las minas de agua) discurrían bajo Alcalá, atravesando la ciudad de este a oeste y enlazando con el Camino de Sevilla hasta Torreblanca de los Caños. En este punto, la galería subterránea emergía en forma de acueducto, alcanzando la ciudad de Sevilla por la Puerta de Carmona, de donde surgiría la denominación de «Caños de Carmona» para el tramo final del acueducto.

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El «agua de Alcalá» tenía en Sevilla fama de buena calidad, frente al agua salobre que se extraía de los pozos artesanos de los que se nutría la mayor parte de la población. A lo largo de la historia hubo momentos en los que poseer «pipa de agua» de abastecimiento procedente de «Los Caños de Carmona» era símbolo de posición social.

A pesar de su origen romano, los paños conservados a modo de vago recuerdo del acueducto que vemos hoy en día es una reconstrucción para Isbiliya en época almohade (finales del siglo XII) hecha en ladrillo y que, seguramente, vino a sustituir a la maltrecha obra de ingeniería romana. El agua era distribuida en la ciudad a unos pocos privilegiados que tenían garantizado el suministro particular, el resto de la población tenía que acudir a las fuentes públicas para recogerla. Con el paso de los siglos el acueducto tuvo que ser reparado en innumerables ocasiones, su continuo deterioro sumado a los enganches ilegales, hicieron que llegara en muy malas condiciones al siglo XIX. Es por ello que a principios del siglo XX empezó el derribo de algunos tramos con la excusa de favorecer el crecimiento de Sevilla, algo similar a lo que había ocurrido con las murallas.

Los caños de carmona siglo XX
Fotografía histórica del tranvía cruzando el acueducto de «los caños de Carmona» antes de su demolición.

La historia reciente de los Caños de Carmona alcanza hasta comienzos del siglo XX, con sucesivas transformaciones y ampliaciones del manantial original, como las que realiza la Compañía Inglesa de Aguas en el siglo XIX. Pero el origen de la mina de agua de Alcalá arranca mucho antes, con seguridad en época romana.

Sabemos que Hispalis se abastecía mediante un acueducto, arruinado probablemente a partir de época visigoda y desaparecido durante los primeros siglos andalusíes. Habría que esperar hasta 1171, cuando el califa almohade Abú Ya’qub ordena la recuperación y reconstrucción de la traída de aguas desde la «fuente de Gabar» en Qalat Yabir (Alcalá de Guadaíra). La reconstrucción del acueducto vino probablemente aparejada con la limpieza de las galerías subterráneas subsistentes y la apertura de nuevos tramos, a fin de asegurar el abastecimiento a Isbiliya capital almohade de al-Andalus.

Tras la reconquista castellana de al-Andalus del siglo XIII, el mantenimiento del suministro de agua fue una constante a través de la puerta de Carmona en los regidores sevillanos, y ello explica en parte la importancia que Alcalá de Guadaíra adquiere durante la baja Edad Media. En la propia Alcalá, la «mina de agua» se desarrolla en estos siglos, así como durante la Edad Moderna, mediante la apertura de ramales secundarios que posibilitaron el abastecimiento de buena parte de la población sevillana. La importancia de esta corriente subterránea llegó al extremo de posibilitar la instalación de un molino, el «Molino de la Mina«, situado en la calle del mismo nombre (actual Nuestra Señora del Águila).

Hoy día, las galerías de la «mina de agua» forman parte de un patrimonio subterráneo en proceso de redescubrimiento. El Molino de la Mina, sobre el que se construyó el Teatro Gutiérrez de Alba, es visitable con ocasión de actividades específicas, y poco a poco se van conociendo los diferentes ramales galerías, que todavía se extienden hacia el «Camino de Sevilla«, los paños del acueducto que subsisten pueden verse en la calle Luis Montoto y en la Avenida de Andalucía de la capital hispalense.

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Historia de Sevilla y al-Andalus