Llegada del imperio almohade (1147-1232)
Más tarde llegó a la Península Ibérica el imperio almohade , la corriente que se habían constituido unos años antes en contraposición al imperio almorávide en el norte de África. Un nuevo imperio también esta vez formado por beréberes y generado por Ibn Tumart .

Abu Abd Allah Muhammad Ibn Tumart (c. 1080 – 1128) procedía de un medio tribal beréber, dinastía norteafricana del corazón del Alto Atlas, éste organizó en el 1125 una rebelión abierta de pureza y revitalización religiosa como argumentos contra el poder para derrocar a los almorávides. A pesar de morir tres años después, tras una grave derrota frente a sus enemigos, el movimiento de Ibn Tumart continuó liderado por Abd al-Mumin que de modo estratégico ocultó la muerte de Ibn Tumart durante dos años más.
Su continuador, Abd al-Mumin, se nombró califa, tomó Marrakech en 1147 y emprendió la conquista del resto de un enorme imperio que, incluyendo Túnez, se extendía desde los confines de Libia hasta al-Andalus. La reforma integrista almohade fue una revolución expansiva que terminó con el dominio almorávide en el Magreb y al-Andalus apoderándose del imperio.
En 1147 conquistaron Sevilla, en 1150 Córdoba, sólo se resistió el rey Lobo en Murcia hasta 1172. En 1175 todo al-Andalus estaba bajo su dominio. Abu Yacub Yusuf en 1172 trasladó la capital a Isbiliya, la actual Sevilla.

Los almohades no solo unificaron nuevamente al-Andalus, sino que hicieron frente a los cristianos logrando algunos éxitos notables, como el obtenido en Alarcos (1195) contra Alfonso VIII de Castilla. Conquistaron al-Andalus con gran violencia y pese a la tradicional fama anticultural que tienen dotaron al imperio de cierta estabilidad, prosperidad económica y cultural rodeándose de los mejores hombres de ciencias y de letras de su tiempo. Crearon importantes construcciones y grandes obras públicas, entre las que destacan el amurallamiento de las ciudades andalusíes también fue en este período cuando se construyeron algunos edificios emblemáticos de la España musulmana como la torre del oro, la nueva mezquita aljama de Isbiliya y su alminar que forma parte de la emblemática Giralda de Sevilla que fue durante siglos la torre más alta de España, así como una de las construcciones más elevadas y famosas de toda Europa .

Fin del imperio almohade

Pese a ser un imperio unitario tampoco pueden sustraerse a la fidelidad al clan, lo que debilitará su posición política. Su carácter integrista ira haciendo que tomen cada vez posturas más tiránicas y como ocurrió con los almorávides, terminaron por desaparecer en al-Andalus y posteriormente en el norte de África, ante la disipación espiritual y de identidad.
El intento almohade de que su imperio perdurara en al-Andalus fracasó. El momento clave fue la aplastante derrota sufrida ante los cristianos en las Navas de Tolosa (1212). El hundimiento del imperio almohade hizo que las nuevas taifas no pudieran resistir el avance cristiano que resultó prácticamente incontenible. La España musulmana quedó reducida dando paso a un breve periodo denominado terceros taifas para finalmente reducir su presencia en la península en el llamado reino nazarí de Granada.
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