La torre de la plata, de planta octogonal, experimentó una profunda reforma en tiempos de Alfonso X lo que hace difícil reconocer su estructura almohade. La torre contaba con tres cámaras superpuestas. La más baja a la altura del suelo (del siglo XII), la segunda algo más baja que el adarve y la tercera sobre él.

Las dos cámaras superiores debieron hundirse y fueron reconstruidas en la segunda mitad del siglo XIII con una cubierta de bóvedas de crucería, del más puro estilo gótico. La única cámara que conserva la estructura almohade es la inferior. Se trata de un pilar central ochavado del que parten ocho arcos fajones que sostienen bóvedas de arista
triangulares. La cámara tiene los muros de mampostería y sillarejo hasta la altura de la imposta del arco fajón, a partir de aquí es de tapial y sillares en las esquinas. Esta cámara no tiene vanos hoy reconocibles, por lo que su función debió ser seguramente de calabozo o aljibe. El conjunto del recinto en que se inscribe parece tener un papel esencialmente militar, ya que se trata de los muros más anchos de las fortificaciones de Sevilla y los únicos que tienen

parapeto y paradós con merlatura y saeteras. Los vanos de arco de medio punto de la cámara superior, pertenecen a la reconstrucción gótica, éstos daban acceso a balcones amatacanados de madera, que conocemos a través de la iconografía (grabados y óleos).
(Magdalena Valor Piechotta). Edades de Sevilla.
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