Un Alcázar por descubrir

Un Alcázar por descubrir. A pesar de sus siglos de historia, «excavar en él es siempre un motivo de sorpresa», como aseguró ayer el catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel Tabales. Prueba de ello es que desde hace unos días se han comenzado los trabajos de excavación en un semisótano abandonado durante siglos y desconocido para el gran público que se encuentra bajo el Palacio del Rey Don Pedro por el que pasan miles de personas cada día.

Los 200 metros cuadrados que supone este espacio han sido bodega y almacén del palacio para posteriormente, durante los últimos 400 años, acumular material de desecho de todas las obras que se fueron realizando en el edificio, pues era «un lugar secundario». Si bien, esta sala cerrada y desconocida cuenta con una arquitectura que se mantiene intacta desde el siglo XIV y es un magnífico exponente de la construcción mudéjar en ladrillo, material con el que están edificados sus muros, arcos, tabiques y bóvedas.

La intención del Patronato de los Reales Alcázares de Sevilla, que gestiona este recinto palaciego declarado Patrimonio Municipal en 1987, es poner en valor este sótano y darle un uso expositivo. Para ello, durante un mes se procederá a recuperar la cota primitiva que se encuentra a 70 centímetros del suelo actual. La operación, según Tabales, «es sencilla». Se recuperará el pavimento original de la época mudéjar y se dará vuelo a un espacio subterráneo que actualmente está achatado para poder hacer de las salas un lugar de exposición permanente de la amplia colección arqueológica que atesora el Alcázar, y que se encuentra en la actualidad almacenada «en más de 400 cajas».

En el proyecto de adaptación del recinto «vamos sobre seguro», aseguró Tabales. Pues en 1999 ya se realizó una cata y se conocen los tipos de suelo (terrizo, de ahí la facilidad de las obras) que se van a encontrar en cada una de las tres capas que quedan por descubrir.

Si bien, tras estos 70 centímetros de suelo, habrá que levantar otros 30 más para instalar la red de suministro energético o canalizaciones de agua de la futura sala expositiva. Ahí es donde no se descarta la localización a cotas inferiores de vestigios previos al siglo XI. «Es posible que aparezcan hornos califales del siglo X, cabezas de algunos muros romanos o una de las torres de la muralla almohade que está justo detrás o puede ser que no aparezca nada, pero cualquier cosa que surgiera siempre enriquecería la misma sala expositiva», . El regidor hispalense quiso destacar la labor investigadora que se desarrolla en el monumento y puede aportar más a lo que sabemos del Alcázar de Sevilla. «Esto no es solo un escaparate de lo que fue la ciudad o una sala de rodaje sino también un espacio de investigación que sigue poniendo en valor el monumento», afirmó.

Los trabajos arqueológicos serán compatibles con las visitas, «y así se logrará poner en valor tanto el espacio mudéjar, añadiendo más atractivos al Alcázar, como el propio trabajo de los arqueólogos». De hecho, en próximas fechas se abrirá este semisótano en días que no interfieran en la actividad de los operarios, y serán visitas guiadas previa reserva en la página web del monumento.

El plazo de estas obras de excavación, que cuentan con un presupuesto de 50.000 euros, es de un mes y se prevé que la sala expositiva pueda abrirse a lo largo de 2016.

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