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Un bar que esconde un monumento, el primer hamán.


El descubrimiento del primer ‘hamán’ completamente cubierto de pinturas en la península en la calle Mateos Gago hace pensar a los arqueólogos que no se trate de un caso aislado

La remodelación que hizo el arquitecto regionalista Vicente Traver a principios del siglo XX para convertir el edificio en un hotel ocultó preservó un hamán almohade del siglo XII que ha aflorado con la reforma iniciada el pasado verano.

“Lo más importante es que hemos constatado que el baño estaba pintado por completo, de arriba abajo, y con una decoración geométrica de gran calidad. Los dibujos son en almagra [pigmento rojizo] sobre blanco y se han conservado grandes fragmentos en bóvedas y paredes. Este es el único baño islámico que nos ha llegado con una decoración integral, hasta ahora solo se conocían ejemplos con pinturas en los zócalos”.

Cuenta el arqueólogo Álvaro Jiménez.
Paño decorativo en el dinte.

Las obras de rehabilitación han dejado a la vista pinturas murales de gran calidad.

“Ha sido una sorpresa absoluta. Este importante descubrimiento nos da una idea de cómo podrían haber sido otros baños durante la época almohade, sobre todo en Sevilla, que era una de las dos capitales del imperio, junto a Marrakech. El hamán está muy cerca de la mezquita mayor, que se construye también en el siglo XII, lo que justifica su desarrollo decorativo mucho más rico”

Apunta el arqueólogo Fernando Amores:

Con las primeras catas en los techos falsos del bar Giralda, uno de los más concurridos del centro histórico, comenzaron a descubrirse luceras de distintas tipologías que cambiaron por completo el rumbo de la reforma e hicieron que los promotores de la obra decidieran apostar por la recuperación total del baño islámico.


Durante las obras se han rescatado 88 luceras de cinco formas distintas (estrellas, figuras polilobuladas, octágonos…) y también de varios tamaños que forman una especie de constelación mucho más elaborada que la de otros baños de la misma época.

“Las luceras se integran en la red decorativa del espacio y están rodeadas por pinturas de lacería geométrica roja que siguen un patrón regular, una estrella de ocho puntas y un diseño tetralobulado. Son muy destacables también las pinturas del interior del arco de la sala templada, un zigzag que representa el agua. Casi todas las representaciones del mundo islámico hacen referencia al paraíso”

Hay evidencia documental, en textos cristianos de 1281, de los llamados baños de García Jofre, que aparecen citados como linde de una propiedad concedida por Alfonso X a la Iglesia de Sevilla. Después, el siguiente testimonio conocido es del historiador Rodrigo Caro en el XVII, quien dice que la bóveda que se ve al entrar por la Borceguinería (como se llamó la calle Mateos Gago hasta finales del XIX) no son unos baños y escribió:

‘Antes me parecen reliquias de algún circo o anfiteatro’.

Incluso el historiador del Arte José Gestoso afirma que la bóveda es de tradición mauritana, construcciones que son frecuentes en los monumentos sevillanos de los siglos XV y XVI, apunta Jiménez para ilustrar la creencia colectiva de que el tiempo se había tragado los baños de García Jofre.

Sin embargo, ahí han estado siempre. Sabemos que en el siglo XVII hubo una reforma importante, cuando se derribó la cúpula de la sala templada y se construyó otra mucho más baja para levantar una planta. “El edificio sufrió una italianización que incluyó la sustitución de las columnas originales, probablemente fustes romanos reutilizados, por otras de mármol genovés, y se cegaron todas las luceras. La hipótesis es que sería el negocio de un comerciante que construyó una planta alta para su vivienda.

Vicente Traver podría haber optado por derribar los restos de los baños, sin embargo, los protege y los preserva, de forma que los miles de clientes del Giralda llevan un siglo tomando cervezas en un hamán almohade.

El arco de la Macarena recupera su explendor

La restauración de este símbolo de la ciudad, que forma parte de la segunda fase de la rehabilitación de la muralla, tras la culminación de la cara interna de las defensas hace dos meses.

Se han recuperado partes que se desconocían, como la cámara del guardián, y se han reparado todas las patologías además de la recuperación de buena parte de la policromía que estaba escondida. Dejarán de pasar vehículos bajo el arco y éste quedará integrado con la plaza existente frente a la basílica de la Macarena.

Otra novedad es la licitación del contrato para la intervención de la cara exterior de la muralla, que comenzará en verano y durará alrededor de año y medio. Esta obra cuenta con un presupuesto de 1,7 millones y está cofinanciada al 45% por el programa 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento. La restauración abarca, además del propio lienzo, la barbacana y la Torre Blanca. En cuanto a la Puerta de Córdoba, una obra que subvencionará el Consistorio, está a punto y sólo falta el informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio.

Detalles descubiertos

El arqueólogo Óscar Ramírez ha explicado los detalles de la restauración. En primer lugar, ha destacado el «gran esfuerzo» que se ha hecho por que el arco presente los materiales que sean compatibles y adecuados, ya que los que tenía hasta ahora no lo eran. «Todo lo que se ha empleado está en base a la cal, un aspecto conforme a los siglos anteriores», ha señalado.

En el transcurso de las obras han encontrado algunos detalles uno de ellos es la cámara del guardia, que servía para cobrar el impuesto de los productos como el pan o el vino de consumo y que se cegó en el siglo XIX. El arqueólogo ha señalado que no sólo había una cámara, había dos, ya que justo enfrente se encontraba otra que actualmente está cegada. La que ha quedado al descubierto tenía «unos fielatos como los que tenía la Puerta de Carmona».

Esta cámara quedará al descubierto, será perfectamente visible a través de un vidrio de alta seguridad . Se trata de un espacio digno para que, por ejemplo, la hermandad de la Macarena pueda instalar un portal de belén cuando llegue la Navidad.

Otro de los detalles que han quedado a la vista tras la restauración es el esgrafiado del antiguo retablo que hubo en el interior, que los cronistas apuntan que sería el de una Piedad o el de una dolorosa. También, por los paramentos hallados se ha recuperado la altura que tenía la puerta medieval islámica, que está emparedada dentro de este nuevo acceso creado en el XVIII. Los técnicos han dejado a la vista huellas de todas las etapas históricas del monumento, como el esgrafiado que señala la altura que tuvo el almenado y la puerta, y que se puede observar con unas líneas en el costero izquierdo del arco, el que da a la basílica.

Otro elemento curioso que ha destapado la restauración es el resto de la fábrica que se ha dejado a la vista entrando a la derecha en el arco. Se trata de una ranura, que también se aprecia en el otro extremo, que servía para colocar tablones y rellenarlos de arena contra las inundaciones. Óscar Ramírez ha explicado que esto era muy típico de las puertas de la Sevilla para proteger el casco urbano de las crecidas del río. También es algo habitual es «grafiti» que se ha encontrado, que representa un orbe con la cruz, un detalle característico que algunos sevillanos utilizaban a modo de superstición en las puertas, postigos e iglesias de la ciudad.

«Tenemos muchísima información que queremos publicar porque hemos encontrado más de lo que esperábamos»,

ha indicado Óscar Ramírez. Sobre todo, lo más visible es la policromía aparecida en las molduras, que son ahora ocre, almagra y negro. Y el propio color albero del arco, «que es el que pedía el edificio», que ha ganado no sólo en color sino también en historia y en compatibilidad de materiales. Todos estos elementos quedarán explicados mediante unos paneles divulgativos.

La Macarena

Precisamente el color será un asunto a debatir en el futuro ya que la basílica de la Macarena y los edificios anexos aparecen pintados del color que hasta ahora tenía el arco, ese amarillo intenso. El hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, no confirmó si se acabará igualando con la nueva imagen del arco, aunque sí es intención de la corporación poderlo hacer en un futuro, ya que sería muy costoso.

«Queremos dar las gracias, no podemos olvidar, alcalde y todos los técnicos que han trabajado, lo que habéis hecho por la plaza de la Esperanza Macarena, por el monumento a Joselito y luego esto, el arco, que nos parece una joya. Sólo falta que pase por aquí la Virgen para que florezca. Seguiremos pidiéndoos cosas», ha comentado Cabrero.