CRISTIANOS EN AL-ANDALUS

CRISTIANOS EN AL-ANDALUS

El derecho islámico de guerra separaba en las presas hechas al enemigo los bienes muebles del suelo conquistado. Los primeros, incluyendo a los cautivos, se consideraban botín y el estado se reservaba el quinto. El suelo, en cambio, quedaba para la Umma o comunidad de musulmanes, existiendo dos posibilidades a considerar. Si el territorio era ocupado por la fuerza, permanecía indiviso e inalienable bajo la propiedad suprema de la Umma, y sus antiguos ocupantes podían permanecer en él pagando el tributo conocido como jarach , Pero si los habitantes del territorio se sometían de buen grado, firmando una capitulación, recibían la dimma o protección islámica, que les garantizaba todos sus derechos a cambio de pagar la chizia o capitación (1).

La Sexualidad en al-Andalus
Conozca también las costumbres de al-Andalus en esta sección de varios artículos sobre la manera de vivir y percibir la sexualidad en aquel entonces.

La Crónica mozárabe, una de las raras fuentes coetáneas de la llegada de los musulmanes a la Península Ibérica, refiere con tintes sombríos el momento de la conquista: matanzas, huidas de la población indígena a los montes, etc. Tradiciones musulmanas tardías sostienen, en cambio, que la mayor parte de Hispania no se resistió sino que capituló. Valga como paradigma el famoso tratado suscrito por Abdelaziz con el conde Teodomiro en abril de 713 (2).

Al principio había cristianos por doquier, en la ciudad y en el campo. La crónica mozárabe, cuya redacción concluye en 754, cita los censos de hechos por los primeros gobernadores para asegurar el pago de los primeros gobernadores para asegurar el pago de los impuestos, pero no nos aclara qué zonas de la Península estaban regidas por los términos de un tratado de paz o de conquista. Tampoco lo hacen las fuentes árabes. Por eso surgirán problemas, más adelante, cuando se planteen litigios sobre propiedad. En 1125 el cadí ‘Iyad recogía la opinión predominante al afirmar que la naturaleza del estatuto de los cristianos en al-Andalus era un problema sin resolver. No estaba claro quiénes se habían beneficiado de un pacto (sulhiyyun), que les concedía la propiedad de los bienes que detentaban, y quiénes habían sido conquistados de viva fuerza (‘ anwatan) y, por tanto, habían sido desposeídos de sus bienes (3).

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