
El palacio de los marqueses de la Algaba tiene su origen en una vivienda medieval que debió ser construida o reformada por el señor don Juan de Guzmán, al poco tiempo de construir la torre defensiva de la Algaba en 1446, y que luego fue ampliado y remodelado casi totalmente en los inicios del Renacimiento. Es un ejemplo de la aceptación del tipo de palacio islámico todavía a finales del siglo XV y durante el siglo XVI y de la convivencia de las formas mudéjares con las novedades del Renacimiento italiano.